Cap/17
El tren, hizo el efecto de adormidera en Marion. Desde que iniciamos la cuenta atrás hacia nuestro destino,, apenas había abierto los ojos para contemplar el paisaje o hablar algún rato conmigo. Aunque, tampoco yo, estaba muy comunicativo. La idea de encontrarme con el abuelo me tenía muy preocupado y totalmente abstraído del momento presente.
A pesar, de todo lo pasado… Y el efecto mortal, que acabó teniendo la carta aquella en mamá; cuando relaté, lo sucedido, a Marion, hablamos y decidimos que sí, que iríamos a su encuentro, a ver y cumplir ese último deseo del abuelo.
-Lo cierto es, querida amiga, que no me atraía nada esa opción, pero; me vi aceptando, al fin, la idea de mi mujer. Su reflexión y razones, acabaron con mi resistencia, o mis miedos.
“Arturo…Cariño (me dijo), comprendo tu sufrimiento, por la reciente muerte de tu madre.Tu resistencia y la amorosa fidelidad que deseas guardarle… También, entiendo, el posible o inevitable, resentimiento, hacia ese hombre. Aún está muy presente y vivo, en tu corazón, el daño que todo aquello causó a tus padres (a Laura y Miguel) acabas de enterarte; para ti, es como si acabara de suceder. Y lo que, desde tu perspectiva, no ves, es que para tu abuelo, aunque no haya podido olvidarlo y los dolorosos recuerdos le torturen, es algo, pendiente, del pasado, que quiere cerrar antes de morir.
“Pero Marion, el pasado no se puede cambiar…”
“No, amor, no se puede cambiar el pasado, es irremediable. Pero de qué sirve el rencor sino para darle más valor al horror. Por otra parte, nada va a cambiar tampoco o igualmente, que al fin… ahora, ya, descansan en paz todos los que sufrieron el peor daño. La última víctima, (el verdugo) pide una oportunidad, ¡está arrepentido! Podemos aprender o intentar algo: a cambiar cómo ha de continuar esta historia, la de tu origen. Con rencor o con compasión ¿No te parece así mejor, cariño?”
-No puedes imaginar, Améli, lo que sentí en ese momento… Precisamente, era ella, Marion. La que en otra vida fue la otra parte actora y perversa, mi madre biológica, la que murió en el parto, por haber estado secuestrada y mal atendida por el abuelo, la que pedía compasión para su propio verdugo… Qué podía hacer sino aceptar su propuesta, era ella misma la que más necesitaba perdonar y estar en paz con todos.
La abracé y besé intensamente, con todo mi corazón, deseando que de algún modo comprendiera que en mi corazón solo había amor hacia su ser, a su alma, que tanto había sufrido…
-No sé qué pensó, pero la vi feliz y sonreir más tranquila. Supongo que se sentía como el abogado que consigue que el jurado acepte la defensa que hace de un acusado.
Después continuó…
“ Aceptemos que nosotros no sabemos qué hubiéramos hecho en situación similar, amor mío.
Ellos, cada uno por su parte, hizo lo que pensaron era lo mejor, o lo único que eran capaces de hacer, guiados por su amor a ti, aún antes de conocerte… Tu abuelo, realmente cometió un acto horrible contra su hijo Miguel, contra Laura y también contra tu madre biológica y su familia.¡ Terrible! Como tú dices, se podría decir que fue un homicida. Ya que con su acción, influyó, irresponsablemente, en la muerte de Miguel y también en la de aquella mujer que te dio a luz…, sin contar con la responsabilidad, reciente, que tuvo en el infarto y posterior muerte de Laura…
Él, como cuenta en su carta, ha vivido con un gran remordimiento todos estos años. Confiesa su vergüenza y su arrepentimiento. Confiesa, además, que esa es la causa de que, jamás se atreviera a presentarse ante ti; que nada tuvo que ver, su alejamiento, con el pacto que hizo con Laura, ni con el miedo a ser reconocido y detenido…Y que siempre pensó que se iría a la tumba sin confesar el mortal pecado que cometió contra el amor…
Pero, ahora, cuando está cercano su fin, pide ¡suplica! Vuestro perdón, cariño… Quiere verte. Y si exige derechos de padre, es porque necesita acercarse a ti y suplicarte… aunque sepa, seguramente, que carece, en nombre de la verdad, de todos los derechos que reclama. Solo da palos de ciego, está buscando desesperadamente, perdón… eres ya, él único que puede dárselo. Solicita un poco de amor, de compasión del… del único hijo que ya le queda, y por el que, de algún modo, se convirtió en miserable. Ha vivido horriblemente, por lo que hizo; pero pide morir en paz. A pesar de todo, aún confía en el amor como único salvador posible”
Arturo calló un momento para mirarme… Tenía los ojos empañados, y las manos tendidas hacia mí… Yo, casi no podía ni parpadear. Él, me prguntó:
-¿Comprendes, ahora, Améli, porqué Laura se sintió herida de muerte?
Agarré fuerte sus manos y dije:
-¡No estarás insinuando, Arturo, que…! (exclamé casi sin voz)
-Sí, querida, eso mismo… No soy hijo de Miguel, no. Mi padre biológico era el que todos creímos era mi abuelo paterno…
-¡Dios mío, Arturo…! Le abracé. Él casi estaba temblando, comprendí cuánto debió costarle ir a ver a su abuelo, a pesar de su amor a Marion.
Yo, no podía creerlo, ¡alucinaba!
- ¡Pero cómo pudo hacer semejante canallada a Miguel! ¡a su propio hijo! ¡él, precisamente, murió por…!
Arturo, siguió callado, solo hablaba yo, no acaba de asimilar la verdad de su origen…
- No lo puedo… pero, desde luego, ahora comprendo el dolor inmenso de Laura, de tu madre… Él, con su egoísmo diabólico, arruinó la vida de Miguel y de ella, despreció el amor… ¡Dios, es horrible! ¡cómo un padre puede…! Quién hubiera podido imaginar…
Arturo, en ese momento interrumpió y continuó relatando…
-Según contaba en su carta, cuando aquella mujer le dijo que estaba embarazada de él mismo y que esperaba la ayudase a encontrar la solución… Entre ambos, decidieron que Miguel, podía ser la llave para todo ... Ella, al parecer, anduvo tras él sin conseguir que le siguiera el juego y como era muy soberbia, aquello, le devolvía la oportunidad de vengarse y atarlo a ella, como había deseado en su momento.
Con el abuelo de su parte, organizó la encerrona en la que, al fin, Miguel, cegado por la pasión, cayó en la red. Una red, pegajosa, de persona malévola…, de la cual, una vez prendido e hipnotizado por la astuta tejedora, ya no fue capaz de despegarse. Incluso, habiendo vuelto su novia, (Laura) buscaba excusas para ir tras la otra…Solo despertó de aquella abducción y comprendió su estupidez; cuando la mujer le anunció que estaba encinta y esperaba que cumpliese como un hombre de honor…
Miguel, fue enseguida a ver a su padre, a confesarle lo que había hecho, las consecuencias y lo que ella pretendía. Este, ya lo esperaba y desde luego no dudó en decirle cual era su obligación…
-¡Qué crueldad, amigo mío…! ¡es increíble!
-Sí, Améli, tienes razón. Aunque de esto también me habló Laura aquél día, después que despertó de su descanso…
-Verás, cuando mamá despertó, al verme la cara comprendió que había leído la carta… Me pidió que me acercase y yo me arrodillé a su lado. Le pedí perdón, no lo puede evitar, amiga… sentía que ella, era o había sido la más perjudicada. Miguel, de algún modo, era parte del embrollo, pero ella… ella no, de ningún modo. Todos la engañaron y la manipularon a su antojo. Si ninguno merecía tanto dolor, menos aún ella, que no tomó parte en tan descomunal disparate, a no ser, para ayudar y ofrecer su vida al hijo de un…
Pero mi madre, me abrazó y me rogó que nunca olvidase que mis únicos padres eran ellos, Miguel y Laura.
Que no olvidase jamás, que fueron ellos dos, los que me amaron y desearon como hijo…
“Tu padre, hijo, cometió un error muy humano. Guiado de sus instintos se cegó y se dejó llevar…abusaron de su debilidad para manipularle. No le disculpo, ni le justifico. Sí quiero, te lo ruego… que tengas en cuenta, que no quiso en ningún momento abandonar su responsabilidad y que no aceptó nunca la posibilidad de dejarte morir… Por eso es él tu verdadero padre y… y no lo es ni lo fue tu abuelo, ¿Comprendes?
Él y yo somos tus auténticos padres, porque ambos deseamos que tú fueras nuestro hijo y así te tomamos. Eres fruto de nuestro amor.
También yo elegí ser tu madre, sí, con todas las consecuencias…, nosotros dimos la vida por ti, los dos. No lo olvides. No tienes que sentir dolor o culpa por mí. Solo yo elegí mi destino, yo quise amarte y cuidarte, ser tu madre… jamás me he arrepentido, me siento bendecida contigo, hijo, tanto hoy como ayer.
Si te lo digo, es para que comprendas que enterarme de esto, no ha supuesto arrepentimiento alguno por mi parte en la decisión que tomé en su momento… A pesar del pasado, cuando supe la verdad, solo deseé volver a verte, volver a abrazarte, renovar mis votos,… y confesarte el amor que siempre me guió a cuidarte y quererte como madre… No sé, hijo mío, qué hubiera pasado de saberse en su momento todo lo que ahora sabemos. Ya nunca lo sabremos, no me imagino sin ti. Solo se me ocurre llorar al pensar que no hubiera podido tenerte en mis brazos… ¿Comprendes?
Eres, Arturo, el hombre más bueno y honrado que he conocido, estoy orgullosa de ser tu madre… Nunca sientas vergüenza ni miedo por tu origen, cariño. Digan lo que digan, los hijos no sois responsables de los pecados de los padres, entre otras cosas, porque ni nosotros, como padres, en nuestra ignorancia, llegamos a serlo verdaderamente…
-La abracé, ella me bendijo y selló mi frente con un beso…
Yo, le agradecí su inmenso amor y todos sus cuidados. Le dije que nunca, ningún hijo, hubiera podido imaginar o desear mejor madre. Le dije que la quería y que sí. Que elegía y aceptaba con amor y orgullo a mis padres, mis verdaderos padres: a ella, Laura, y a Miguel
No pude seguir callada... Le abracé de nuevo y le dije:
-¡Qué hermoso Arturo! Ojalá todos los hijos tuviéramos la oportunidad de un encuentro así, tan sagrado, con nuestros padres...
¿Sabes qué frase he recordado mientras me contabas lo que tu madre te decía, amigo?
-¿…?
-Es una de la carta póstuma de Miguel a Laura. Una frase, en al que él expresaba su deseo último:
“¡Ojalá el hijo por el que renuncio a mi vida, hoy, fuera tuyo, nuestro”
-¡Se ha cumplido, Arturo, lo habéis hecho realidad!
...
Buenísima y acorde la canción de Perales.
ResponderEliminarEn cuanto a la narración,realmente te felicito,llevas al lector con toda delicadeza a la emoción y lo conmueves...
Besos,amiga!
Gracias por tus palabras, amigo... Besos
ResponderEliminarPD.:
En cuquier caso, ya termino. Terminaré con el siguiente capítulo. (a ver cómo lo organizo pa que no quede muy cojo jeje)
Aunque, no cierro, solo me voy yo. Espero tener la misma voluntad que con el tabaco jeje... lo dejé y hasta hoy.
No consigo accionar el video.
ResponderEliminarPor el comentario de Rodolfo, es Perales... dicen que físicamente me parezco a él!
Con lo que he leído, y con lo que comentas, me da la sensación de que te has cansado y quieres terminar. Bueno las obras literarias ten el don de esa posibilidad... un terremoto, y todos muertos...
Aguardo, quiero ver como lo terminas... calidad hay, y mucha!
Un fuerte abrazo
Lo siento Duarte, la verdad es que era muy bonito. Además, creo que le iba bien a este capítulo. Pero quien lo publicase o crease, lo ha desactivado. A veces pasa. (¿Que te pareces a perales?, yo, a concha velazco, en más joven claro... jeje)
ResponderEliminarTe cuento lo que hice:
Para empezar, busqué otro (también de Perales) ¡Precioso! (te gustará, seguro)...
Y abajo, te dejo el título y la letra de la canción que iba con el video desactivado, para que no te la pierdas (de algún modo)
En cuanto a lo de dar por terminada la historia... Pues, después de todo y nada... no, no es cansancio, es otra cosa (misterio, lo siento) y que me han recetado guardar mis ojos un rato (cosas de médico) y por una vez, obedezco (¡quién se va a enterar! jaja)
Podría haber dejado en descanso la historia, igualmente, pero me dio no sé qué (¿y si pasa algo y no vuelvo, y no termino y...y y...?) tú lo has dicho ¡puede haber un terremoto y entre los muertos encontrarme yo ¡porqué no!
Que al menos esta faena esté concluída ¿no? (ya tienes trabajo, terminao, si la sigues queriendo pa tí;)
¡¿cuando tuvieste "negra" tan guapa escribiendo pa tí?jajaja
...
Tu Carta (JL Perales)
Sé que lo nuestro fue tan breve
se podría pensar que nunca sucedió
pero el destino en su juego de locos
hoy ha puesto en mis manos tu carta
polvorienta y marchita
junto a una margarita
desteñida y cubierta de olvido
prisionera de un libro
que un día fue diario
secreto de sumario entre nosotros.
Y has ido regresando poco a poco
como regresa todo cuando ha sido
tan deliciosamente breve
y a pesar de lejano, tan querido
y han ido regresando poco a poco
secretos que por serlo son callados
miradas que lo gritan todo
y ese fuego que el tiempo no ha apagado.
Sé que lo nuestro fue tan breve
se podría pensar que un sueño lo soñó
pero la vida, que lo desvela todo
hoy ha puesto en mis manos tu carta
condenada al silencio
treinta años y un día
esperando decirme te quiero
en la cárcel de un libro
que un día fue diario
secreto de sumario entre nosotros.
Y has ido regresando poco a poco
como regresa todo cuando ha sido
tan deliciosamente breve
y a pesar de lejano, tan querido
y han ido regresando poco a poco
secretos que por serlo son callados
miradas que lo gritan todo
y ese fuego que el tiempo no ha apagado
Y has ido regresando poco a poco
como regresa todo cuando ha sido
tan deliciosamente breve
y a pesar de lejano, tan querido.